miércoles, 30 de noviembre de 2011

Noviembre...


Otro Noviembre que pasa... y la verdad es que me alegro de que ya casi haya llegado a su fin. Sé que dentro de unos años, cuando sea vieja y sabia (si alguna vez llego a ser lo segundo, que a veces lo dudo) quizás recuerde este mes con cariño y nostalgia. Pero ahora no puedo verlo así. Me falta la perspectiva adecuada. Sé que no todo el mes ha sido malo. Por el contrario, ha tenido momentos inolvidables, como cuando supe que ya no me harían más resonancias magnéticas y que el 15/03/2013 sería mi última visita con el médico que me extirpó mi sarcoma, salvándome la vida. Sé que ese momento vale para redimir todo el mes... Pero me temo que a veces el corazón tiene una curiosa manera de magnificar o relativizar ciertos acontecimientos. Y hay otro día que se ha quedado marcado en mi corazón. Ese día creí que mi corazón se desgarraba y me inundaba una tristeza infinita. Creí que no podría soportar el dolor. Y quizás hubiera sido así si hubiera estado sola. Pero no fue así. Mis amigos acudieron al rescate y con su maletín de primeros auxilios lleno de cariño y ánimo llenaron de "tiritas" todas y cada una de las grietas de mi corazón. Y vigilan con ojo atento su convalecencia y su recuperación. Gracias a sus cuidados ahora estoy mucho mejor. Sé que todavía hay un largo camino hasta lograr que las heridas cicatricen, pero sólo es cuestión de tener paciencia y dejarme arropar y cuidar por la gente que me quiere.
Y mañana llega Diciembre... y, como en aquel mágico Diciembre que cambio mi vida, viene bajo el signo del Jengibre... ¿puedo imaginar augurio mejor?.


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